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Abel Caballero

Abel Caballero

Alcalde de Vigo: «Puse en movimiento una ciudad parada durante medio siglo»

Si no fuera por la Wikipedia, adivinar la edad de Abel Caballero sería una tarea complicada. Durante más de siete décadas ha acumulado experiencia como marino mercante, como estudiante y como profesor de Universidad, como ministro, como escritor y, desde hace 14 años, como alcalde de Vigo. De todas sus etapas conserva buenas y malas experiencias, pero asegura haber aprendido de todas. Como marino aprendió a ser fuerte y tomar decisiones; como profesor, la satisfacción de compartir conocimientos; como ministro, que nunca se puede hacer todo lo que se desea y, como alcalde, el valor de la unidad y la empatía.

Tras promover en la ciudad un cambio que nadie discute, asegura que aún le quedan cosas por hacer: solucionar el problema del agua, conseguir la alta velocidad directa de Vigo a Madrid, un túnel para enlazar con la autovía hacia la capital de España y completar una visión de ciudad que se refleja en el “Vigo Vertical”.

¿Cuál es el peor y el mejor recuerdo de su etapa en la Universidad?

Ahí todo es bueno. Disfruté mucho siendo profesor de Universidad y ayudé a mis alumnos todo lo que pude. Ser docente, para mí, fue un privilegio. Poder enseñar a la gente. Ahí no recuerdo ningún mal momento. Fue una etapa extraordinariamente cómoda en mi vida.

¿Y como marino mercante?

Tuve muy malos momentos. Navegar es muy duro. Al poquito de empezar a navegar descubrí que eso no era lo mío. No me gustaba. No veía pasar toda mi vida en el medio del mar tratándome con las mismas 10 personas durante días y días. Cuanto acababas el trabajo, tú seguías allí preso en una especie de cárcel. No me gustaba. Lo dejé. Me puse a estudiar Economía, navegué durante los veranos mientras hacía la carrera y ya nunca más volví a navegar.

Pero de todas las experiencias se aprende…

Sí. Sin duda. Yo aprendí a que hay que decidir. Cuando estás al frente de un barco y estás navegando tienes que decidir. Y aprendí que no decidir es decidir. Si hay que cambiar el rumbo y no lo cambias, el no decir es decidir. Aprendí a tener carácter fuerte y a que hay decisiones que hay que tomar. Yo tenía 18 o 19 años y hay cosas que aprendí en aquel momento que aplico ahora como alcalde. Cuando te pones al frente de las cosas, hay que tomar las decisiones.

¿Y de su etapa como ministro?

De mi etapa como ministro hay cosas muy buenas pero, como es natural, también incomprensiones que a veces te llaman la atención. Yo traje la alta velocidad a España y tuve una oposición muy fuerte de un ministro del Gobierno. Y tuve el

“Como ministro descubrí que, en el mundo de la política, a veces te faltan recursos económicos para hacer todo lo que quieres hacer”

apoyo del presidente del Gobierno, que me respaldó y que me dijo que sí. Yo era joven… Y además, en el mundo de la política a veces te faltan recursos económicos para hacer todo lo que quieres hacer.


Pero yo aprendí mucho y tuve un extraordinario privilegio, que fue ser ministro en el Gobierno de España con Felipe González de presidente.

Todavía está a tiempo de acumular buenos y malos recuerdos como alcalde de Vigo. Pero, hasta ahora, ¿cuáles destacaría?

Mi mejor experiencia es cada día. Todo lo que estamos haciendo. La empatía que hay en la ciudad. Conseguimos hacer un Vigo del que la gente se sienta muy orgullosa. Esto no existía. Vigo está en el mapa. Yo creo que Vigo está experimentando un cambio histórico, y ya va a ser para siempre. Y los momentos duros… Ver cómo desde la Xunta se nos boicotea una y otra vez. Y ver cómo nos quitaron una caja de ahorros; y ver cómo nos dejaron sin tren de alta velocidad desde la Xunta y desde el Gobierno con Rajoy; y ver cómo nos quisieron quitar la administración de justicia… Ver que no atienden a esta ciudad. Hemos tenido un problema muy serio de sequía. Yo le pedí ayuda al presidente de la Xunta y a mí me provocó una enorme decepción. Hizo lo contrario y se fue por España hablando mal de Vigo. Y gasta millones y millones de euros en el Xacobeo y la Navidad de Vigo trae a mucha más gente que todo el Xacobeo junto. Lo mejor, las sonrisas de la gente. No hay nada igual a eso.

Usted estará sin duda entre los alcaldes de Vigo que recordará
la Historia…

Déjeme que le cuente una anécdota que yo valoro mucho. El tatarabuelo de mi abuelo, que se llamaba José Antonio Caballero, fue alcalde de Vigo en 1814. Él puso la primera piedra de la Colegiata. Y yo voy a poner la primera piedra de los edificios enfrente de la Colegiata. Me encanta decirlo. ¡Cómo es la vida!, ¿verdad? ¡Cómo es el tiempo! ¡Cómo a veces pasan cosas que nunca nadie podría sospechar que fueran a pasar! Yo no sabía que este antepasado había sido alcalde. Me lo descubrió un historiador que me enseñó mi genealogía.

Esas cosas pasan en una ciudad de tamaño asumible.

No. Fíjese. Esta ciudad es lo suficientemente grande como para que yo no supiera que este señor, que está enterrado en el panteón familiar, había sido alcalde de Vigo. Yo no lo sabía. No lo sabía nadie en la familia.

Vuelvo a la pregunta. Usted estará entre los alcaldes de Vigo que recordará la Historia. ¿Cómo le gustará que se refieran a usted?

No, no, no. Yo no estoy en la trascendencia. No me preocupa en absoluto. Yo quiero que la gente vea Vigo ahora, que vayamos juntos.

Vale. Pues no me diga cómo le gustaría, pero sí cómo piensa que va a ser…

Tampoco lo quiero. Ni siquiera me lo planteo. Yo lo que quiero es el éxito de esta ciudad y para eso tenemos que estar unidos.

En Vigo, yo he borrado fronteras ideológicas. Por ejemplo, yo apoyo la enseñanza pública con todas mis fuerzas, pero la concertada también. Y cuando doy las becas de inglés, yo no pregunto quienes son. Y cuando hago instalaciones deportivas, las usan todos. Arreglo calles en el centro y en los barrios obreros que lo necesitan más. Y cada uno que haga lo que le dé la gana en su propio ámbito ideológico. Pero en Vigo, todos juntos.

Más allá de las luces… la ciudad está experimentando unos cambios que supongo que formarán parte de una visión estratégica. ¿Cuáles son los objetivos de esa visión?

Vigo ha sido una ciudad que en los últimos 50 años se había quedado parada. Desde los años 50, Vigo se inmovilizó. Y llegó la Democracia y siguió inmóvil. Mi objetivo era ponerla en movimiento, hacer el gran cambio en la ciudad. Hacer una ciudad amable, hacer humanizaciones, tener un gran auditorio, tener un gran campo de fútbol para el Celta de Vigo…

Y dar una gran pelea por los grandes temas. Y los grandes temas para Vigo son un aeropuerto, conseguido; el tren de alta velocidad, que lo voy a conseguir ahora con Pedro Sánchez. O resolver el problema del agua. Lo necesitamos perentoriamente.

E identificarnos como una gran ciudad. Saber que podemos competir con las mejores ciudades del mundo. Tener señas de identidad. Buscar aspectos comunes. Una cosa que yo valoro mucho son las becas de inglés. Yo quiero una ciudad en la que los chicos y chicas hablen idiomas y se desenvuelvan en el mundo, porque Vigo está en el mundo.

Y luego, le enseñamos a Galicia que Vigo es la ciudad que lidera este territorio. Y le decimos a España que Vigo es una de las ciudades líderes. Y ya todo el mundo lo asume. Hasta conseguimos traer turismo a esta ciudad.

El objetivo era que tuviéramos una ciudad con calidad de vida. Somos la ciudad con más calidad de vida de España. Lo dice la OCU. Eso era impensable hace catorce años. Estábamos en la cola.

¿Qué nos falta? Pues nos falta la alianza con la Xunta. Y yo sigo tendiendo mi mano. Sigo ofreciendo la amistad para hacerlo. Pero la respuesta no puede ser el no permanente y la dejación de sus obligaciones.

Como alcalde de Vigo, pero también como economista: Siempre ha habido debate sobre cuál debe ser el modelo de la ciudad. Usted hablaba del turismo y los servicios, pero Vigo ha sido siempre una ciudad industrial.

Sí. Sin olvidar la industria. Hay que mantenerla. Nosotros tenemos unas claves económicas: la automoción, el naval y la pesca. Son tres claves centrales que asientan todo este territorio. Somos los mejores haciendo pesca, haciendo barcos y haciendo automóviles. Tenemos una gran tecnología y ahora estamos sumando: los procesos de I+D. la Universidad. Y ahora le sumamos el turismo. ¿Y eso que significa? El tirón de la hostelería. Lo que ha pasado en Vialia no es una casualidad. Tenemos una de las estacionas más importantes de Europa. Lo conseguimos a pulso. Todo va en esa dirección. En la de colocar a Vigo en la senda de lo que queremos. Con una estructura económica envidiable: industria, naval, automoción, pesca, comercio, turismo, hostelería…

Pero acordémonos que hace unos años, incluso en el Gobierno de Felipe González, se desanimó la apuesta por la industria.

Craso error. La industria es el corazón de la economía.

¿La reconversión fue un error entonces?

No. La reconversión había que hacerla. Porque era la modernización. No se cerró nada. Mantuvo los astilleros abiertos. Era una situación en la que se perdían ingentes cantidades de recursos. El error fue, en aquel momento, fue decir que la industria no es imprescindible.

Vigo no es capital de Comunidad Autónoma, aunque podría serlo. No es capital de provincia, aunque podría serlo. Teníamos el área metropolitana, pero Feijóo nos la paró. Y esto sigue. Y tira y tira. Porque somos la economía. Pocas ciudades hay en el mundo como Vigo. Somos la economía en estado puro. Y estamos orgullosísimos. En Vigo, ser un emprendedor es un enorme prestigio. En Vigo, ser un buen trabajador es un enorme prestigio.

Ahora, los retos que establece Europa se refieren a la transformación digital y la sostenibilidad. Y se han dispuesto fondos extraordinarios para la recuperación tras la pandemia. ¿Cómo van a afectar a Vigo?

Ha pasado algo extraordinario. El PERTE de la automoción de todo el norte de España lo encabeza Vigo. El alcalde de Vigo y la Zona Franca. Y la Xunta no está. ¿Cómo es posible que haya pasado esto? Se sumaron la Zona Franca de Barcelona, la Generalitat, Aragón, Castilla León…

¿Y habrá otro para el naval?

Yo sigo reclamándolo. Lo acabaremos encabezando nosotros también porque la Xunta no asume su papel. Se arreglará el problema del naval. Fíjese lo que le estoy diciendo. Se arreglará. Y saldrá bien. Pero será el Gobierno de España. Y es nuestro peso político en España el que está haciendo que todo eso se ponga en marcha.

“El tatarabuelo de mi abuelo puso la primera piedra de la Colegiata y yo pondré la de los edificios de enfrente”

¿Y cuál es el escenario de desarrollo de Vigo: Galicia, el arco atlántico, la eurorregión…?

Nosotros estamos muy por encima de eso. Nosotros vamos a tener el AVE directo a Madrid por Cerdedo porque eso ya está asegurado. Vamos a tener la salida sur. Y Vigo se convierte, además, en un lugar estratégico, con la conexión Setúbal, Lisboa, Oporto y Vigo.

Portugal quiere salir hacia Europa por Vigo…

Y sale por Vigo. Por eso es tan importante Cerdedo. Vigo se convierte en un punto estratégico, conectado con una zona de cinco millones de personas: Oporto y Lisboa y también A Coruña. Y en el centro está Vigo. Además, se va a hacer un bypass en Valladolid y, por lo tanto, directos de Vigo a Europa. De repente, en la alta velocidad, que es un medio de transporte del presente y del futuro, ocupamos un lugar estratégico.

Pero el Gobierno insiste en que la salida de Lisboa sea por
Madrid…

No, no. Se va a hacer el by-pass. Nosotros ofreceremos a Portugal: de Oporto a Vigo, de Vigo a Madrid y de Vigo a Europa. Los gobiernos también dicen que Lisboa Madrid. Pues vale. Es una opción. Portugal quiere vertebrar su territorio.

Y ven Vigo como el nexo de su territorio con el conjunto de España. Bienvenido sea.

Y de cara al futuro, ¿Cuáles son sus proyectos para completar su estrategia de ciudad?

Vigo es la única ciudad de España que no tiene autovía. Tiene una vía de alta capacidad desde Porriño. Hay que hacer el túnel que enlace directamente con la autovía a Madrid. Eso se va a hacer también.

Y un problema muy importante que vamos a resolver sin ninguna ayuda y con la oposición de la Xunta es el agua. Estamos haciendo ya la nueva potabilizadora que es para Vigo, pero también para Moaña, Cangas y todo este territorio. La paga Vigo. ¿Y la Xunta? No está ni se la espera.

Y eso lo quiero dejar todo arreglado. Y la propia visión de la ciudad. El Vigo Vertical es una revolución en el mundo. Lo que estamos haciendo en Vigo con los ascensores, con las rampas, con las escaleras mecánicas, es tendencia en este planeta. Y queremos que Vigo sea una ciudad ecológicamente líder. Ese es nuestro modelo: el modelo de una ciudad que lo ocupe todo.

¿Y en todo eso no faltaría un transporte metropolitano?

No lo podemos hacer porque no hay área metropolitana. Y si creen que lo va a pagar Vigo, Feijóo se equivoca. Tendría que haber un área metropolitana y la Xunta nos tendría que dar los recursos para que nosotros hiciéramos el transporte.

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