Directora de «O Corno», Concha de Oro en San Sebastián
La primera mujer española que gana una Concha de Oro en el Festival de Cine de San Sebastián; su película, «O corno», la primera rodada en lengua gallega que compitió en la sección oficial. Premio Goya a la actriz revelación y multipremiada en los Mestre Mateo. A sus 40 años, Jaione Camborda, vasca que ama y vive en Galicia, hija de médico peruano y catalana asentados en San Sebastián, mujer pausada y “de profundis” en el cuerpo a cuerpo, reflexiona, digiere y toma folgos desde Santiago ante la responsabilidad que se le viene encima, pero no pierde tiempo. Ya escribe los primeros trazos del guión de su próxima película.
¿Cambia la vida cuando se carga con el peso de una Concha de Oro?
El día a día, al final, sigue siendo similar pero es verdad que se acelera en la medida en que te van surgiendo nuevas oportunidades en cuya respuesta comprometes más tiempo. Ahora estoy empezando a escribir el próximo proyecto y será a la hora de financiarlo cuando espero que me cambie la vida, que me facilite seguir adelante porque lo más difícil es seguir haciendo películas.
Cine hecho por mujeres que ahora, por fin, parece que están multiplicando sus premios, sus reconocimientos. ¿Estamos en un momento crucial, importante, significativo en este aspecto?
Creo que por fin se están viendo más películas con firma femenina y, por fin, el cine se está enriqueciendo de esa pluralidad de miradas. Sí, creo que es un buen momento para todos.
«Me siento como en casa en Galicia, muy cercana a mi lugar natal, Euskadi»
Habrá sido dura la travesía hasta llegar a esta distinción…
Ha sido una travesía de mucha lucha. Cuando hice la primera, Arima, viendo la dificultad para financiarla, decidí montar mi propia empresa para autoproducirla y tardé unos 15 años en conseguir fondos y realizarla. Para la segunda, que es un drama sobre la vida de una marisquera en la Galicia de los años 70, esa primera me permite que pueda hacerla con mayor ambición y envergadura. Decido generar una familia alrededor de la misma que me ayude y acompañe en esto y sigue siendo difícil, pero hay una clave que es ser perseverante, la fortaleza, y soy bastante cabezona. Finalmente, se pudo hacer esta segunda pero hay momentos muy duros, complejos, de mucho riesgo que, al final, he tenido que asumir por el camino.
Por la quietud de su palabra, el verbo reflexivo, da la impresión al conversar con ella que Jaione está viviendo este merecido éxito con entereza y responsabilidad, que no le pilla empezando sino tras una larga lucha. Ya tiene su mochila, una larga experiencia detrás porque, si Arima fue su primer largo, dirigió muchos cortos experimentales antes, participó como coguionista con Alfonso Zarauza en varias películas, fue directora de arte en otras… Todo sugiere que es una mujer valiente.
Habrá habido momentos en que a lo mejor dudas si tirarlo todo por la borda…
Si, muchos. Hay momentos en que tienes que respirar, pensar en positivo, que esos problemas se van a resolver y decirte: vamos a continuar. Hay que trabajar mucho. Me parece que la gente no imagina la cantidad de trabajo que hay detrás de cada película, puede resultar abrumador. Es como construir una catedral y hay veces en que hay que hacer acopio de energía, coger oxígeno en el camino para seguir adelante.
‘O Corno’ ha necesitado 4 años, coproducción de tres países y más de diez fuentes de financiación
Por ejemplo en esta última película…
Han sido unos 4 años de desarrollo. Es una coproducción internacional de tres países, con una financiación que igual tiene más de diez fuentes… Y luego contiene muchos retos a nivel creativo. Es una película de época que exige que se vayan abriendo espacios constantemente en rodaje, hay animales, bebés de unos días, muchos personajes, mucha noche, localizaciones en ríos, en plena naturaleza… Fue un rodaje ambicioso y todos son elementos que complejizan esta película, la hicieron bastante extenuante.
Y luego está la gente involucrada…
Uno se pone a recopilar todos los contratos que se hacen para una película y hay cientos. Es de una magnitud notable
Praga y Munich en tus referencias formativas pero el País Vasco como paisaje nativo emocional. ¿Supuso una ruptura que el azar o el amor te trajera a otro paisaje, otro contexto humano como Galicia?
Me supuso en principio una aceptación de familiaridad. Llevaba unos cuantos años en el extranjero, de país en país y sentía ya ganas de volver a casa. A Galicia la siento muy cercana a mi lugar natal, Euskadi, la siento como un territorio con muchos lugares comunes y como en casa. Pienso araigar aquí.
Llegaste a Galicia cuando aquí bullía un caldo de cultivo cinematográfico…
Sí fue muy inspiradora la venida porque había aquí muchos cineastas con los que vivía un contexto similar, con muchas ganas de un cine fresco que movilizara los límites y de mucho compromiso. Fue y es muy bonito compartir, generar una familia de creadores que colaboran unos con otros. Eso me dio el calor para superar esos momentos en que te apetece tirar la toalla.
¿O sea, que el Novo Cinema Galego es algo más que una etiqueta?
Yo nunca soy de las que pone la etiqueta, pienso que es algo que hacen los críticos, los historiadores, los periodistas… pero sí siento que he tenido alrededor una familia con la que he compartido y vibro en una frecuencia similar, en la que se ha generado una fraternidad. Para mí, ese compartir compromiso y amor al cine, en trabajo, en visionados, en opiniones… es lo más importante independientemente de etiquetas.
Hacer una película es como construir una catedral, la gente no imagina el trabajo abrumador que hay detrás de cada una
Dicen quienes han trabajado con ella que da tranquilidad al equipo, seguridad, que mantiene la entereza hasta en los momentos de crisis. Dicen quienes la conocen que es amiga de sus amigos, que le gusta el disfrute pero ha sido muy difícil cada paso dado y eso le hace anteponer el trabajo a muchas cosas. ¿Inteligente? ¿Intuitiva? Eso parece aunque uno, que no la conoce apenas, tenga también que aplicar la intuición para afirmarlo.
O Corno ¿película de maternidades, de paisajes, de fronteras, de discurso sobre la mujer? ¿De qué es película?
Es un poco todo lo que comentas. Se asienta por ejemplo en la exploración de la capacidad de la mujer de dar vida. Para mí las fronteras son algo capital, como lo es el cuerpo, reconciliarnos y reconocernos como mamíferos que somos. Es un recorrido por la mujer y su necesidad de decidir sobre su cuerpo.
La introducción de un idioma, en este caso el gallego, minorizado. ¿Resta o suma al interés de la película?
Más allá del interés, es una necesidad ir rompiendo esas fronteras que te imponen, contagiar a la gente de la celebración de la pluralidad también en el idioma. Para mí en esta película no solo me parecía necesario, sino natural, muy propio de ella. Creo que
Es una película que explora la capacidad de la mujer para dar vida
en el extranjero no disgusta aunque en el Estado español hay ciertas sensibilidades que no comparten todavía esta celebración y me encantaría contagiarlos y que todos pudiéramos disfrutar de algo tan rico y que nos aporta tanto como la lengua.
¿Hay un siguiente reto ya definido, otra bala en la cartuchera presta a ser disparada?
Sí, estoy justo ahora empezando a escribir, pero en este momento inicial uno no puede hablar mucho sobre ello porque existen una infinitud de posibilidades por delante, de caminos por los que transitar sin haber sido previstos. No puedo concretar de eso. Por ejemplo, «O Corno» empezó siendo una película futurista y acabó siendo de los años 70 y sobre la maternidad. Quiero decir, que la creatividad es parte del camino una vez esbozada la idea inicial.
Necesito darme todavía esa libertad de exploración.