
Se esperaba mal tiempo, incluso se hablaba de suspender algunas actividades, o en su totalidad, en el peor de los casos. Quizás, eso influyó en las primeras horas de cada día de la fiesta, pero llegada la noche, el barrio de Bouzas se convertía en un auténtico hervidero de vigueses y turistas dispuestos a disfrutar mientras el cuerpo aguante.



Bouzas, villa independiente en 1809, celebró por todo lo alto su hazaña de expulsión de los franceses. Puestos de artesanía, de comida (con su siempre fiel choripan), actuaciones por las calles, ocio infantil, concurso de trajes de época, conciertos…hicieron que, un año más, la hermana pequeña de la Reconquista, se proclame como uno de los grandes eventos anuales de Vigo.




Como bien es sabido, el Concello de Vigo tiene en marcha un Plan de Sostenibilidade Turística en Bouzas, con el que pretende conseguir, entre otras cosas, la distinción de Interés Turístico de Galicia para la Brincadeira. ¿Será el próximo año mientras la fiesta celebra su mayoría de edad?.


