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Abel Caballero

Abel Caballero

Ahora tenemos concepto de ciudad. Estamos orgullosos de ser de Vigo y tenemos otros valores

Cumple 12 años como alcalde de Vigo, más de 4 como presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (7.410 entidades). El único alcalde vigués que ha reeditado una mayoría absoluta, el de un partido con mayor número de concejales en la corporación olívica y en la de cualquier urbe de Galicia en toda la etapa democrática, e incluso el de regidor más votado de España desde 1979 entre las ciudades con más de 200.000 habitantes censados en el momento de cada comicio. El que más veces hace con la mano la “V” de Vigo. Alguien, que vive para su cargo con agendas maratonianas, que pasea cada día entre las gentes, que quiere estar en todo y manda mucho. Tiene muchos seguidores, pero no le faltan críticos.

Alcalde, es usted el regidor con más presencia mediática de toda España, tanto de la prensa, radio y televisión más seria como de la de entretenimiento ¿Existe alguna clave para lograr esa popularidad?

No, es la concatenación quizás de un éxito en una ciudad que va bien, y el hecho de que, a todo aquel que me pide una entrevista se la doy, sea donde sea. Yo creo que hay que transmitir a los ciudadanos cosas y, claro, además tengo mi peculiar forma de contestar.

El crecimiento ordenado de Galicia debe ser con Vigo a la cabeza, si no, no lo hay

Me pregunto hasta qué punto corremos el riesgo, con esas declaraciones suyas a veces tan inesperadas sobre luceríos y competencias de Vigo con otras ciudades, de que construyan imágenes suyas ajenas a su verdadero ser político…

No creo que se confundan. La gente conoce bien ahora cómo es Vigo. Problema sería antes, cuando había alcaldes o alcaldesas que tenían una ciudad que navegaba en la oscuridad o semioscuridad. Ahora todo el mundo viaja y todos los medios, prensa, radio o televisión, hablan de Vigo.

Pero esas rimbombantes declaraciones…

Mire, ahora hay un nuevo modo de comunicar, nuevos mecanismos a través de los que difundir cosas. ¿Qué me pide la gente por miles cuando paseo por las calles? Fotos que a los cinco minutos están en las redes. Los nuevos medios de comunicación lo transmiten todo. Y la gente sabe que, además de la alcaldía de Vigo, yo soy el presidente de la Federación Española de Municipios, ocho mil alcaldes. Alguna idea buena de Vigo tendrán, ¿no?

Que se olviden de seguir abusando desde la Xunta de esta ciudad

Esa defensa a ultranza de Vigo ¿hasta qué punto obstaculiza una visión de conjunto que para el crecimiento ordenado y equilibrado de un país como Galicia también se hace necesaria? Así tenemos tres aeropuertos, tres universidades…

El crecimiento ordenado de Galicia debe contar con Vigo a la cabeza, si no, no lo hay. Es que hasta ahora nos han puesto a la cola, postergado, y esto se acabó. Que se olviden de seguir abusando desde la Xunta de esta ciudad. Nosotros somos más gallegos que nadie, nos gusta más este país que nadie, es en Vigo donde arraigan tantos sentimientos sobre Galicia históricos, pero hoy todo lo tenemos que hacer liderando, que es lo que corresponde a una gran ciudad, moderna, globalizada. No queremos estar en el siglo XIX, que es donde están algunos políticos y algunas ciudades.

Recuperar la política, la capacidad para decidir el futuro de la ciudadanía ¿no obliga a veces a plantar cara a los poderes económicos que, al tiempo que la han hecho medrar, también han puesto a su servicio a la ciudad y a sus habitantes? Usted es catedrático de estructura económica y tendrá una visión cualificada de esta difícil conciliación de intereses…

Nosotros lo que estamos haciendo es compatibilizar todo, la economía tiene que hacer su papel, generando empleo, valor añadido y un reparto lo más equitativo posible. Y damos una prioridad, que es la colectiva. Esto cambió.

¿En qué?

En muchos aspectos, por ejemplo en el urbanismo, en la arquitectura… Así como en los años 60, 70 o 80 Vigo era una ciudad de empresas muy individualizadas, ahora tenemos concepto de ciudad. Estamos orgullosos de ser de Vigo. Y ves empresarios y empresas que hacen edificios con la misma ambición arquitectónica con la que se hacían a principios del siglo XX, en esa etapa de espléndido crecimiento de la urbe. Ahora tenemos otros valores, incorporamos la economía a los valores sociales.

¿En qué sentido lo dice?

Quiero decir que colaboran con la alcaldía, tenemos diálogos francos, abiertos, y aquel individualismo empresarial según el cual la fábrica es el espacio para ganar dinero sea de la forma que sea, ya no funciona. Con nosotros se acabó ese crecimiento especulativo que hubo antaño, se acabaron los pelotazos, las recalificaciones… cosas terribles que se hacían aquí y parece que estaban al orden del día.

O sea que ya no…

Simplificando porque todo es más complejo: se propone una ordenación urbana, la votan los ciudadanos y va adelante. Ahora estamos asistiendo a cómo, con la ayuda de la Xunta, quieren hacer 120.000 metros cuadrados de suelo comercial en Mos en medio del monte, y llevarse al Celta a jugar de Balaídos a Mos. Tendrán que explicar porqué siguen ese modelo, que no es el nuestro.

Con nosotros se acabó ese crecimiento especulativo que hubo antaño, se acabaron los pelotazos, las recalificaciones

El filósofo Henri Lefebvre defendía con vehemencia una idea: “Cambiemos la ciudad, cambiemos la vida”. ¿Hasta qué punto nuestra vida depende directamente de la ciudad en la que vivimos? ¿Cuál es la importancia de la ciudad ante el futuro?

Muchísima. La calidad de vida tiene mucho que ver con las ciudades. Fíjese cómo cambió Vigo en estos últimos 12 años. Ahora viene la gente los fines de semana a Vigo en vez de marcharse de Vigo a las aldeas como antes. Tenemos ya el orgullo de ser de la ciudad, estamos consiguiendo una forma de ser con las humanizaciones, las zonas infantiles, las de mayores… El proyecto de Vigo en los últimos 12 años está siendo un gran éxito en España, todo el mundo quiere parecerse Vigo y antes no existía tal imagen.

¿Y eso de quién es mérito?

Esto no es un mérito del PSOE, ni de Abel Caballero, sino colectivo, estamos haciendo un modelo político en el que la ciudad decide, opina, va dando ideas que nosotros condensamos y llevamos adelante. Eso es lo que explica que el 90 por ciento de esta ciudad apoye el modelo que tenemos y casi el 70 por ciento nos vota.

¿Dar la razón a todo lo que los vecinos planteen para tener un programa electoral, no puede ser una merma en la visión estratégica sobre la ciudad?

Maticemos. La ciudad la lideramos nosotros por la gracia del voto pero con ideas que vamos cogiendo de lo que podríamos llamar inteligencia colectiva. La idea es poner oídos a las propuestas pequeñas de muchos, aunque se refieran a su propio espacio urbano, y hacer un todo de ellas. En infraestructuras, transporte, cultura, deporte…

¿No cree que hoy los políticos se ven presionados para responder a promesas de escaso recorrido, muy presentistas, en detrimento a veces de un proyecto político transformador?

Correcto. La clave es saber distinguir entre lo que te dicen que es de interés general, aunque sea un banco para sentarse, y lo que es un privilegio o alguna ventaja que algunos quieren obtener. Por ejemplo la peatonalización de la Puerta del Sol, en la que hay que hacer un túnel…

De eso precisamente quería preguntarle… Hay quienes critican el túnel por su impacto negativo no solo en la estética sino en la movilidad urbana.

Los que dicen que no, cinco, se olvidan de que ya hay un túnel bajo ella. Aceptan que peatonalicemos pero mandando los autobuses por otro lado. Eso significaría que millones de viajes de personas tengan media hora de retraso. Es decir, que para beneficiar a aquellos pocos le vamos a meter un retraso diario en el transporte a una gran mayoría. Eso son privilegios que conmigo se acabaron. Una vez que se decide, se va adelante, y verás qué maravilla será la Puerta del Sol.

El carril bici, por ejemplo, es una propuesta con dificultades de comprensión en la actualidad pero ¿no atiende a expectativas de un crecimiento futuro de la movilidad urbana en coincidencia con las grandes ciudades?

Claro. Tenemos que pensar en términos de futuro, en los modos de traslado que se van a dar, y no hipotecarlos sino facilitarlos, abrirles camino. Los que usen bicicleta o patinete incluso… tienen la misma prioridad que alguien que vaya en coche, van a contribuir a la desintoxicación del tráfico urbano y no van a quitar clientes a los espacios comerciales. El coche ocupa más espacio, hace más ruido, contamina más… Tenemos que empezar a diseñar nuestra movilidad de forma distinta.

No hacer el túnel en la Puerta del Sol es aceptar el interés de unos pocos a costa de un retraso en transporte para todos

¿Hay un modelo de ciudad que se quiera impulsar para Vigo? ¿Cuál sería su papel en el contexto gallego?

Nosotros queremos una ciudad en la que la gente se sienta contenta, ojalá enamorada de la misma y tenga una altísima calidad de vida. Gente a la que le cueste mucho dejarla, que cuando le propongan salir de ella diga: de aquí no me voy ni con lanzallamas. ¿Y cuál sería su papel en el contexto gallego? Vigo ya es una gran ciudad, es casi Santiago y A Coruña juntos. La economía de este territorio gira en torno a Vigo y el coruñés alrededor de Inditex. Reclamamos un espacio principal ¿qué es eso de que Santiago capital y sede del Parlamento, delegación del Gobierno y cabeza del ámbito judicial en A Coruña, capitales de provincia en Coruña, Pontevedra, Ourense y Lugo, orquestas sinfónicas pagadas para Santiago ¿Y Vigo nada? Eso queremos que cambie.

El proyecto de Vigo en los últimos 12 años está siendo un gran éxito en España, todo el mundo quiere parecerse a Vigo

Las políticas culturales. Desde determinadas perspectivas cualificadas se afirma que hay una falta de democracia en la creación de las politicas culturales, una escasa participación de la comunidad profesional en la vida cultural.

Supongo que está usted pensando en el museo Marco, y es fácil de resumir. Él que lideraba eso pretendía que se nombrara como responsable a una persona concreta. Si la llego a nombrar no pasaría nada, se hubiera evitado el conflicto, pero la democracia implica hacerlo de otra forma, por concurso, que en el Jurado esté, por ejemplo, el director del Prado o Reina Sofía, que fueron los que vinieron…

¿Y cómo ve usted entonces el proyecto Marco?

Yo veo que la modernidad llama por cosas distintas. Nosotros queremos que en el Marco haya clubs de lectura, conferencias, biblioteca con debates… Los viejos museos periclitaron y algunos no se quieren enterar. Requieren dinámica, participación, pluriculturalidad… El Marco es un contenedor excepcional en el corazón de la ciudad y yo quisiera ahí exposiciones, conferencias…

¿Cómo se entiende entonces que desde esas perspectivas críticas que afirman que se baja presupuesto para artes escénicas?

A mí lo que más me llama la atención de todo esto es que no dicen que la Xunta de Galicia no dedica nada a Vigo. Se les olvida decir a los que hablan de esto que el museo Marco lo financia casi al cien por cien el Ayuntamiento de Vigo. Díganle a la Xunta que le dedique a Vigo lo mismo que a Santiago y A Coruña, a las que pagan dos sinfónicas con dos millones de euros anuales o una Ciudad de la Cultura que cuesta veinte millones anuales, mientras que aquí al Marco le dedican cien mil. El Marco está escuálido pero nunca vi allí una manifestación criticándolo.

¿Y ese Centro Fotográfico que yace inanimado desde su inauguración?

Se va a revivir estos días porque ahí se va la Diputación y se va a encargar de dinamizarlo y llevarlo adelante conjuntamente con el Ayuntamiento. Así habrá allí un centro administrativo ligado a otro fotográfico, con sala de exposiciones, habrá una retroalimentación que creará un espacio más de actividad en el barrio viejo.

Crear ciudad no depende del voto cada cuatro años sino de estar en la calle con el oído atento

Oiga ¿No se ha hecho hoy la política algo de una complejidad
inusitada, antes nunca vista, nunca con tantos frentes?

Cierto, porque hoy la sociedad es más culta, está más informada, tiene vías de participación de su opinión antes inexistentes… Pero, mire, a pesar de esa mayor complejidad, esta ciudad tiene un modelo apoyado por el 90 por ciento. No hay precedentes en Europa, una sola gran ciudad en que haya pasado lo que pasó en Vigo: que el 67 por ciento votó a una candidatura y la siguiente obtuvo el 12. Y es que crear ciudad no es cuestión de votar cada cuatro años, sino estar en la calle con el oído atento.

No sé cómo concilia usted el voto al PSOE con el vota Vigo…

La idea es que el voto al PSOE es una cosa, y la ciudad otra. En Vigo no ganó el PSOE, ni ganó Abel Caballero, sino un proyecto que la ciudad apoya. Yo hice campaña pidiendo el voto a Vigo. Intento borrar algunas fronteras ideológicas, por ejemplo, defiendo la enseñanza pública pero también la concertada, etc.

¿Qué dice usted ante esa afirmación de que Vigo es la ciudad con menor gasto social por habitante entre las grandes pero no hay peros al gasto en luces?

Que es mentira y es una simpleza. Nosotros pagamos 700 alquileres de personas de Vigo que no pueden hacerle frente. Unos 600 recibos de luz, todos los comedores sociales… Solo eso ronda los tres millones. Cuesta lo mismo el albergue que todas las luces navideñas pero los que dicen eso no dicen que no hay albergue municipal en a Coruña, ni en Santiago, ni en Ourense, ni en Pontevedra… El Ayuntamiento gasta seis millones de euros en autobuses gratis a pensionistas, y no figuran en Política Social sino en Transporte, por ejemplo.

No tenemos deuda sino superavit, somos el Ayuntamiento más saneado de Europa en relación a su población

Afirman que es usted un alcalde que está en la calle pero puertas adentro se comporta como un alcalde omnímodo…

Yo le dedico a esto mi vida, trato de estar allá donde me invitan, hablar en la calle y con mis concejales… Empiezo a las ocho de la mañana y vuelvo a casa a medianoche.

¿Tiene razones Vigo para ser optimista como ciudad?

No tenemos deuda sino superávit, somos el Ayuntamiento más saneado de Europa en relación a su población. Entré en él con 70 millones de deuda y hoy tenemos deuda cero. Vigo tiene un futuro excepcional. En el turismo, por ejemplo, hay más gente en la navidad de Vigo que en el Camino de Santiago todo el año.

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