Texto : Pepo Lobeira. Fotos : Miguel Núñez/Redacción.
La recta final de los eventos de este verano en el auditorio de Castrelos ha corroborado el éxito de este recinto vigués para cualquier tipo de espectáculo. ¿Quién acaso hubiese esperado que incluso una ópera se representaría alguna vez sobre su escenario? Bueno, pues ese hito ya se ha cumplido, así que ya casi sólo nos queda que una de estas noches mágicas (ya será en los próximos años) podamos contemplar uno de los espectáculos del Circo del Sol (bueno, es sólo una sugerencia, ¡jeje! Pero “a quien corresponda” igual le vale para ir tomando nota…si es que ello fuera posible, ¡vaya!).
Por lo pronto, y como ha hemos citado, la gran novedad de este verano sin duda ha sido la representación, el viernes 9 de agosto, de “Rigoletto”, la ópera maestra de Giuseppe Verdi. Basada en la obra teatral “El rey se divierte”, de Víctor Hugo, los espectadores pudieron contemplar al aire libre, y con la luna como testigo, un drama de pasión, engaño y venganza, al que incluso algunos de los asistentes profanos en la materia seguramente reconocieron enseguida cuando escucharon una de sus piezas, “La donna è mobile”, interpretada durante años por los mejores tenores de la historia.
Y el éxito, claro, incontestable, es un mérito que hay que atribuir a la compañía L’Operamore, cuyos artistas ofrecieron una versión clásica, respetuosa tanto con la época en la que está ambientada “Rigoletto” como con el libreto de Francesco Maria Piave. Dadas las características del recinto, resultó muy adecuado recurrir a las proyecciones, con las que las escenas y las imágenes de primeros planos de las pantallas pudieron ser vistas desde cualquier punto del auditorio, consiguiendo sumergir totalmente a un público admirado, emocionado y, aún diría, asombrado ante lo que veían sus ojos. O sea ¡chapeu!
Otro “clásico” que ha pasado por Castrelos este verano ha sido Víctor Manuel (entendiendo la palabra “clásico” en otros territorios, diferentes de los de “Rigoletto”, pero que ustedes habrán captado perfectamente). Porque Víctor Manuel es un clásico, sí, pero es que además en su concierto estuvo acompañado por una orquesta de 130 músicos, con lo cual sus temas sonaron digamos que “a lo grandioso”. Con la seguridad que da tener a la Real Filharmonia de Galicia detrás, el artista asturiano emprendió un crucero a través de sus grandes éxitos interpretados en clave sinfónica, de manera que canciones como “Solo pienso en ti”, “Asturias; “Soy un corazón tendido al sol”, “El abuelo Víctor”…en fin, qué les voy a contar,pudieron ser escuchadas con un formato diferente y, lo que es más importante, nunca antes visto/escuchado en los ya numerosos conciertos que el veterano cantante había dado en Vigo durante los últimos 40 años…o más.
Por su parte, Xoel López y Vetusta Mola sumaron sus fuerzas para abanderar a aquella generación de músicos surgida en los años 90, a la que se les endosó la etiqueta “indie” aunque todos fuesen muy distintos entre sí. Pero ahí están, demostrando que lo suyo fue mucho más que una etiqueta y, sobre todo, que una moda.
Xoel López, muy querido por estos lares, interpretó un repertorio que abarcó desde sus inicios en Deluxe hasta sus más recientes composiciones. Y prácticamente lo mismo hicieron los Vetusta, con la particularidad de que estos anunciaron que se tomarán un descanso de una temporadilla bastante larga para reponer fuerzas, cargar pilas, reflexionar y, esperemos, volver a la carga “más temprano que tarde”.
La traca final la puso Melendi. Al punto de que ya se habla de récord y de cifra histórica de asistencia de público a Castrelos. De hecho, se ha destacado que, a través de las imágenes de los drones de la Policía Localque sobrevolaron el lugar desde horas antes de que el artista comenzase a cantar, la cifra de asistentes a su concierto pudo haber rondado las 125.000/130.000 personas.
Y a fe que el paisano de Víctor Manuel no defraudó. Porque el también asturiano Melendi se entregó a tope desgranando recuerdos de dos décadas de trayectoria y carretera a través de las cuales algunas de sus canciones incluso conquistan a los jóvenes de hoy con unas letras muy bien trabajadas y una puesta en escena brutal. Algunos ya piensan que estamos ante el sucesor de Joaquín Sabina pero, bueno, aún le queda un largo camino por andar, como es también largo el camino que le queda por delante a este recinto de Castrelos que se ha convertido en el lugar en el que todos los grandes artistas, de España y del extranjero, quieren o quisieran actuar aunque fuese solo una vez en vida. Y es que, amiguitos/as: ¡que tiemble el Madison Square Garden!
