Texto: Alberto Alonso | Fotos: Jesús de Arcos
Director de la Agencia Turismo de Galicia
Haber nacido en una tierra de vino y miel, entre paisajes de sobrecogedora belleza, debe imprimir carácter. José Manuel Merelles Remy (A Rúa-Ourense) acaba de ser confirmado como director de la Agencia Turismo de Galicia, tras un breve paréntesis
provocado por las elecciones autonómicas, en las que fue candidato por su provincia.
“Es necesario organizar unos
recursos cada vez más demandados”Esta trayectoria de un cuarto de siglo vinculado a la promoción del turismo en
Esta trayectoria de un cuarto de siglo vinculado a la promoción del turismo en Galicia, unida a esa pasión y visión contemporánea, le avalan para asumir ahora la dirección de la Agencia, en un momento de debate global sobre esta actividad económica, los desafíos de la sostenibilidad y la conjugación y convivencia con
las comunidades locales.
En este sentido, José Manuel Merelles lo tiene claro. “Es cierto que es un reto gestionar un crecimiento como el que experimenta el turismo de Galicia, pero el enemigo, realmente, no es el crecimiento, sino cómo se gestione”. Se trata de evitar “que haya fricciones entre los habitantes de las ciudades y los turistas”.
Considera que es importante hacer ver que es necesario organizar los flujos de visitantes en los diferentes destinos, “como ya se hizo en las islas Cíes, en la playa de las Catedrales o en el Pórtico de la Gloria tras su restauración”. “Por ahí -concluye- van a ir los tiros. Ante unos recursos cada ves más demandados, pues hay que organizarlos”.
“El crecimiento del turismo no es un
problema si hay una buena gestión”
También con respecto a la sostenibilidad, el director de la Agencia es contrario a la idea de que el cambio climático puede beneficiar al turismo de Galicia: “No beneficia a nadie” y, si bien puede provocar que vengan más turistas a corto plazo que escapan de otros destinos, “puede que en unos años nos perjudique tanto como a ellos”. Aún así, reconoce que sí se ha detectado una derivación de turistas hacia destinos del norte, como Galicia, Asturias, Cantabria o el País Vasco.
Pero la causa del aumento del turismo extranjero en Galicia, que representa ya un 30% del total, “tiene más que ver con la trayectoria de promoción que estamos haciendo desde hace mucho tiempo, y con el Camino de Santiago, que es universal”.
A la hora de describir al visitante de Galicia, Merelles señala que se trata de “personas amantes de la naturaleza, de la cultura y del patrimonio. Y, cada vez más, también de la gastronomía”. De hecho, destaca que la gastronomía es ya el segundo motivo por el que los visitantes declaran venir a Galicia.
En cuanto a la oferta, destaca la heterogeneidad de los destinos. “Tenemos una zona de playa, con un clima muy benigno, como son las Rías Baixas; otras zonas con un clima más agresivo pero con unos paisajes bestiales, como las Rías Altas. Y después, en el interior, tenemos zonas como los Cañones del Sil o Valdeorras”.
Para ilustrarlo, recuerda, en Semana Santa, haber ido “a la playa en Muros, a ver nieve en Manzaneda y a recoger setas de primavera en Valdeorras”.
“El turismo extranjero representa ya un 30% del total, gracias a nuestra trayectoria de promoción y al Camino de Santiago”
Entre los retos para el futuro inmediato, cita la promoción de otras modalidades de turismo que permitan desestacionalizar la oferta. Y se refiere concretamente al turismo de congresos, o turismo de fechas, con un carácter más urbano y menos identificado con el perfil convencional del visitante de Galicia. Galicia supo gestionar la crisis provocada por la pandemia mediante la promoción del turismo de naturaleza y baja masificación. Sin embargo, sí afectó negativamente al despegue que estaba experimentando el turismo MICE, de reuniones, incentivos, congresos y exposiciones. Esta situación está volviendo a cambiar porque “en Galicia hay grandes profesionales y muy buenas instalaciones para acoger reuniones y congresos, y ya se había producido una especialización en el sector hacia este tipo de turismo”.
“En Galicia destaca la heterogeneidad de los destinos: el clima benigno de las Rías Baixas, el paisaje de las Rías Altas y zonas de interior como los Cañones del Sil o Valdeorras”
E, independientemente del turismo MICE, Merelles destaca que el turismo urbano “está recuperadísimo”. Como prueba destaca los resultados del último verano, con cifra históricas en las ciudades.
Señala que esto se debe “por un lado, a que cada vez hay más turistas, y también a que hay una apuesta por generar una oferta que antes no había pero que desde el Xacobeo 2021 – 2022 se generalizó, como son los festivales y conciertos”. También en este caso, las cifras avalan esta reflexión. Las semanas con más visitantes en Santiago de Compostela coincidieron con la celebración del Son do Camiño y el Gozo Fest.
Pero se trata de un fenómeno generalizado. “En todas las ciudades hay festivales, apoyados sobre todo por la Administración autonómica, que cree en este tipo de eventos como dinamizadores del turismo urbano”. En el año 2022 se celebraron unos 170 acontecimientos de este tipo, que reunieron a más de 1,1 millones de personas. Además de la sostenibilidad, el otro gran desafío para el turismo es la transformación tecnológica. En este ámbito, destaca iniciativas como el Bono Turístico, que fue esencial para la recuperación de la actividad tras la pandemia. En la actualidad, la emisión del bono funciona “casi como la venta de entradas” on line. El proceso duró apenas 10 minutos, y se pusieron a la venta 10.000 bonos. “Se emitieron 1.000 bonos por minuto, y eso fue posible gracias a la digitalización”. Destaca, también, el papel de la tecnología para las reservas de asistencia a todo tipo de espacios.
