Con sentido del humor Antonio García arrancó hace cuatro años un proyecto de restauración en pleno centro de Vigo, en la Plaza de la Constitución y lo bautizó como Polbo Bar; “somos los únicos que ofrecemos pulpo al estilo feria todos los días del año
Estuvo en la base española de la Antártida, fue patrón de cabotaje, director de las escuelas de vela del Real Club Náutico y en el plano de la hostelería, el genio del mítico Varadero. Antonio es un amplio conocedor de la noche viguesa que tras 20 años de experiencia, con el paso de los años, como otros muchos, trasladó su experiencia en la hostelería nocturna, a la diurna. “En el Casco Vello, la comida engancha”, no en vano la Plaza de la Constitución es una de las referencias icónicas de la ciudad y punto de encuentro de vecinos, turistas y cruceristas que arriban a Vigo en los trasatlánticos que atracan en el puerto. Un local coqueto, simple, donde destaca su amplia terraza en la plaza que es la pieza fundamental del local. Todos los días hay pulpo, pero también comida tradicional gallega, con hasta 40 platos diferentes: calamares, zamburiñas, navajas, mejillones y empanadas varias circulan por sus mesas de 12 de la mañana a las 12 de la noche en horario ininterrumpido y con la cocina siempre dispuesta para preparar cualquier plato. Todo fresco y del día.
Es una opción orientada al turismo “que reclama esta cocina” pero también a cualquiera que desee una tapa de pulpo o cualquier otra de sus especialidades. Y lo hacen desde una perspectiva de no penalizar al comensal por el hecho de situarse en el centro de la ciudad, ni aprovecharse de esa picaresca tan española del negocio para “atracar a los guiris”.
Raciones contundentes a precios razonables; 6,99 los mejillones, 9,99 o 19,99 el pulpo, 6,59 las empanadas, son precios muy acertados, contando con su ubicación. El Polbo Bar cuenta con un menú de 9,99 euros de lunes a viernes compuesto por 4 primeros y 3 segundos platos con bebida y postre, en los que siempre hay pulpo, pescado y carne, así como paella…
Pero Polbo Bar como una combinación ecléctica que es, entre las pulperías y las coctelerías, se ha propuesto poner su granito de arena para reinventar la coctelería gallega con sus orujitos y sus caipirinhas gallegas.
Como persona inquieta, Antonio cuenta con otra empresa, Jaleo Eventos, que complementa el polbo Bar: “contamos con un reservado aquí cerca donde ofrecer comidas o cenas para grupos, servido por nuestra cocina. Pero además, lo podemos combinar con salidas en barco por la ría y otras actividades”.
A Antonio todavía le queda tiempo para la responsabilidad social. Colabora con proyecto NORIA. Así los precios de su local están redondeados en coma 99 céntimos de forma que la gente deja el céntimo de propina. “Nosotros lo donamos a este proyecto solidario”.
Como conocedor de la hostelería reconoce que la noche agoniza por culpa de los controles de alcoholemia, la crisis y una nueva forma de ocio nocturno alejada de los bares, que eran la seña de identidad de los 80 y los 90. Antonio reconoce que ahora le gusta más la salida del vermut, “más relajada e informal”.