“La gente lo que quiere ahora es leer historias divertidas”
Nací una tarde de septiembre. De pequeña lo que más me gustaba era leer, arrancarle los cables a las muñecas, comer chocolate y visitar cementerios. Tengo docenas de fotos en cementerios de distintos lugares del mundo. Me gustan las historias de brujas, fantasmas y muertos. Soy una lectora apasionada. No sé cuántas historias me quedan por escribir. Espero que varias docenas. Las mejores historias son las que se escriben con la cabeza pero, sobre todo, con corazón”. Así se presenta, en su propia página web, Ledicia Costas (Vigo, 1979) que, en estos momentos, es la escritora más leída, y seguramente la más conocida, en lengua gallega.
Recientemente galardonada con el Premio Merlín 2021 de Literatura Infantil con “O neno do Lume”, también ha sido publicado su último libro “Golpes de luz” (Edicións Xerais), del que nos adelanta que “se trata de una novela narrada a tres voces: las de una abuela, su hija y su nieto”, aunque confiesa que, de estos tres personajes, el que más le emociona es el de la abuela: “Es -describe- una abuela que empieza a tener síntomas de demencia, aunque quienes la rodean, sus familiares y amigos más cercanos, no saben hasta qué punto lo que hace es parte de su propia demencia o si se inventa todo y la demencia no es más que una pose”. Porque es que, continúa, “ella tiene mucha retranca y mucho humor”.
Cuando la pandemia del Covid semeja dar sus últimos coletazos, pese a que hay que continuar siendo prudentes, Ledicia ha juzgado TEXTO: Lourdes Varela FOTOS: Susana Estévez que a sus lectores y lectoras, como a ella misma, lo que les apetece es leer historias digamos que más “descargadas” de dramatismo: “Estoy convencida -dice- de que la sociedad necesita novelas de luz, de humor, historias divertidas,
¡vaya!”, aunque, aclara, “en esta ocasión combino el humor con una parte dramática, tocando temas como el de los cuidadores y cuidadoras, la adicción a la heroína que afectó muchísimo a la generación anterior a la mía, el divorcio, el acoso escolar… que son asuntos más duros, y soy consciente de que muy serios, pero a los que he procurado afrontar desde un punto de vista divertido”.
“Yo bebo de la vida real, de mis propias experiencias, y a partir de ahí construyo mis ficciones”
Como es su costumbre, pues lo hace prácticamente en todas sus obras, Ledicia Costas no ha tenido que ir muy lejos para encontrar los personajes de la novela. De hecho, confiesa que esa abuela que aparece en “Golpes de luz” tiene mucho que ver con “mi propia abuela, que se parece bastante a esta, pero quiero dejar muy claro que esta Luz es un personaje de ficción, no es mi abuela, la real, pero sí que he de admitir que está inspirada en ella”. Y es que Ledicia reconoce que, para escribir, “yo bebo de la vida real, de mis propias experiencias, y a partir de ahí construyo mis ficciones. Y, desde luego, también me sigue apasionando escribir relatos con la mirada que una tiene de la infancia. En el fondo, a veces, siento la necesidad de refugiarme en la niñez, de verme a mí misma como si fuese una niña”.
Ledicia Costas inició su carrera literaria escribiendo, siempre en gallego, libros de Literatura Infantil y Juvenil. Su primera novela publicada fue “Unha estrela no vento”, que escribió cuando era una adolescente. En los últimos años ha recibido importantes reconocimientos, como el Merlín de Literatura Infantil por “Escarlatina, la cocinera
cadáver, un libro por el que también, en 2015, el Ministerio de Cultura le concedió el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil. Traducida a idiomas como el coreano, el persa o el portugués, “Escarlatina…” fue calificada como una obra “extraordinaria, humorística y rompedora, que destaca por su sencilla lectura, humor escalofriante y con gran habilidad para desmitificar el tema de la muerte”. Ese mismo año, con la novela de aventuras “Verne y la vida secreta de las mujeres planta”, consiguió el Premio Lazarillo y, dos años después, en 2017, volvió a ganar ese mismo galardón con la novela “La balada de los unicornios”, convirtiéndose en la única autora gallega en lograr en dos ocasiones este reconocimiento.
“Siento la necesidad de refugiarme en la niñez”
En 2019, sin abandonar la LIX (Literatura Infantil e Xuvenil), avanza un paso más en su trayectoria y se “estrena” en la narrativa para adultos con “Infamia”, novela en clave de thriller que tiene una gran recepción y que ya va por su séptima edición. Con “Golpes de luz”, así pues, confirma ese salto a la literatura para adultos, una decisión que tiene que ver con una reflexión que hizo sobre sí misma y sobre su obra: “La verdad es que llevaba ya una producción muy extensa de Literatura Infantil y Juvenil y sentí la necesidad de hacer algo diferente, salir de mi, llamémosle, espacio de confort (aunque escribir para niños no es precisamente un espacio de confort) y buscar cosas nuevas, porque a mí me gusta muchísimo experimentar. De manera que me puse a escribir “Infamia” abriendo un nuevo camino en mi trayectoria que, ahora, da otro nuevo paso con “Golpes de luz”. Eso, claro, me obliga a dividir mis esfuerzos, a combinar la LIX con la literatura para adultos pero, bueno, como soy una mujer y se me da bien hacer varias cosas a la vez, seguro que me las arreglo para atender todo”.
Alcanzada esta altura, hay que recordar que, aunque “escribo desde que era pequeñita”, los primeros pasos profesionales de Ledicia Costas no surcaron el territorio de la Literatura, si no del Derecho, carrera en la que tiene la licenciatura, y por la que ejerció como abogada durante varios años: “La verdad es que, interiormente, he sentido siempre que mi profesión era la de escritora. Yo ya era escritora antes de ser abogada, por eso he llegado a la conclusión de que la mejor decisión que he tomado en mi vida ha sido la de dejar el Derecho por la Literatura. Y de esta decisión no me he arrepentido nunca, ni en los días más difíciles, que también los he tenido, claro. La Literatura es lo mío, lo que me gusta, y me considero una privilegiada por haber decidido volcarme profesional y totalmente en ella”.
