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MENOS MAL QUE NOS QUEDA PORTUGAL

MENOS MAL QUE NOS QUEDA PORTUGAL

Parafraseando a los legendarios Siniestro Total, el Norte de Portugal ha dejado de ser solo la visita a mercadillos y ferias, la compra de muebles, toallas y “farrapos” y nos va descubriendo un país donde la gastronomía, el paisaje, la caracterización de sus ciudades y la afabilidad de sus habitantes cobran cada vez más fuerza. El Tren Celta y el Camino de Santiago son dos elementos que, aunque diferentes, contribuyen al conocimiento de nuestros vecinos más próximos.

Dos elementos diferentes han potenciado esta nueva perspectiva. El Tren que une la ciudad de Porto con Vigo, el Tren Celta, y la revitalización del Camino de Santiago portugués. La reducción del trayecto en tren entre las ciudades de Vigo y Porto a poco más de dos horas, con tres paradas intermedias, muy similar al recorrido en coche, nos han permitido acercarnos a otra realidad más allá de la tradicional…. Estas nuevas paradas del Tren Celta, además de acercarnos la fabulosa ciudad de Porto y sus cercanas y bien comunicadas Matosinhos (la ciudad de los “peisinhos”) y la sede de las grandes bodegas de Oporto en Vilanova de Gaia, cruzando el río “Douro”, nos permite acercarnos a otros dos municipios singulares y relativamente poco conocidos como Braga (el tren para en Sines, bien comunicada con Braga) y Viana do Castelo.

Braga, cuarta ciudad de Portugal, ha recuperado una parte de su esplendor pasado con una apuesta decidida de sus dirigentes políticos por focalizarla como ciudad referencia del Norte de Portugal, no solo por su población, sino por su carismático casco antiguo, su universidad y sus atractivos turísticos como el templo de “O Bom Jesus”, o la “Catedral da Sé”, además de un amplio abanico de edificios e iglesias de gran valor artístico e histórico. Braga, además, es un foco de turismo religioso donde destaca la Semana Santa, una de las más importantes de las celebradas en Portugal.

A una hora en tren desde Vigo, llegamos al centro de Viana do Castelo, una de las ciudades más atractivas del Norte. Eliminado buena parte del tráfico en el centro de la ciudad, es una delicia pasear por sus calles, tanto en la parte antigua, como por la ribera del río Limia en su desembocadura en el Atlántico. Ciudad de referencia para surfistas, por sus singulares olas, la ciudad ofrece playas de fina arena, y un skyline singular, típicamente portugués. Recorrer la ribera es un plácido paseo llano donde, junto al río, encontramos dos conjuntos arquitectónicos de gran valor realizados por los dos portugueses con premios Pritzker, los Oscar de la arquitectura: Álvaro Siza Vieira y Eduardo Souto de Moura. No se pueden pasar por alto monumentos como el Castelo de São Tiago da Barra, la Igreja da Senhora da Agonia o la afamada Basílica de Santa Luzia.

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Ambas ciudades coinciden en ser ruta del Camino de Santiago Portugués. Las estimaciones auguran que la Ruta portuguesa concentrará más del 20% de los peregrinos que arriban a Santiago de Compostela. Cuasi olvidado, organizaciones como el Eixo Atlántico, que agrupa a las principales ciudades de Galicia y del Norte de Portugal, recomendaron su recuperación como incentivo turístico, social, cultural y económico, además de contribuir a la recuperación de la economía y del turismo de la región, recupera el segundo Camino más importante de la ruta Jacobea, el tradicional Camino Francés.

Los esfuerzos del Eixo Atlántico han involucrado a las autoridades Gallegas y Portuguesas para definir, documentar y señalizar el Camino Portugués, en realidad son tres rutas, para que el próximo Jacobeo de 2021 pueda estar en situación de competir con el Francés. Las tres rutas son la de la Costa, que desde el sur, sube desde Porto, Matosinhos, Viana do Castelo hasta Tui; la Central que discurre a través de Braga y se une a la de la Costa en Tui y la del Interior que atraviesa la Sierra de Xurés-Gerês.

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