Tahona es un término de origen árabe que hace referencia al lugar donde se fabrica pan. Y así, entre panes, creció Delmiro Vidal Fernández, en la empresa familiar Vidal que, en 1965, abrió en Sanjurjo Badía. Hoy medio siglo después, no para de innovar.
“Cuando abrimos Tahona, en 1988, no había legislación sobre este tipo de establecimientos”, señala Delmiro. Porque Tahona es panadería, pero también bollería, comida para llevar, confitería y hasta un lugar donde tomarte un café.
Hoy tras 30 años, cuenta diariamente con 25 platos de comida diferentes para llevar entre las que se van introduciendo nuevas especificaciones como la vegana. “Fuimos unos adelantados a nuestro tiempo, siempre creímos en el proyecto”, afirma. Comenzaron con la panadería, bollería y mantecados, poco después la confitería y los empanados. Más tarde llegaron el pollo asado con patatas y así, sucesivamente hasta la actualidad, donde puedes personalizar un menú que oscila entre los 6 euros por un plato, los 7,50 euros si incluye el postre o 9,50 euros por un primer y segundo plato junto al postre.
Se pueden elegir entre 6 platos de primeros, 5 o 6 guarniciones distintas y hasta 25 variedades de comida distintas entre las que siempre se encuentran carnes, pescados, pastas y ensaladas variadas, junto a nuevas especificaciones dirigidas al público vegano como aquellas que incorporan quinoa o burbal (un tipo de cereal).
La idea es incluir más platos dirigidos a este creciente número de consumidores. Los platos se adecuan a la meteorología; “en verano, vendemos mucho bocadillo y en invierno, mucha lenteja o potajes”.
Y aunque fueron pioneros en envasar las comidas para llevar en plástico, trabajan en nuevos contenedores más acordes con la preservación del medio ambiente. Delmiro opina que los hábitos de alimentación han cambiado en sus 30 años al frente de Tahona: “hoy se come más rápido y menos cantidades que hace unos años. Probablemente tiene que ver con el ritmo de vida acelerado de la sociedad, pero también en una concienciación sobre la salud de cada uno”.
Delmiro tiene claro que la clave de su negocio es su personal atento y profesional porque, afirma, “las empresas las hacen las personas que trabajan en ellas”. 22 personas atienden Tahona de lunes a domingo, en horarios que durante la semana se extienden desde las 8 de la mañana a las 21:30 h, ininterrumpidamente, y los domingos entre las 8 de la mañana y las 3 de la tarde.
Delmiro no para, y aunque tiene algunas nuevas ideas, entre ellas una reforma del local en Pintor Colmeiro, 6, se guarda otras “que esperamos que se concreten en un futuro próximo”.