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Un Vigo “noir”

Un Vigo “noir”

Editores y críticos literarios creen que Vigo es un referente en el género de la novela negra. Al menos ocho autores y más de una docena de novelas de intriga ambientadas en la ciudad así lo demuestran.

Hasta hace muy pocos años, la novela negra no era un género especialmentecu ltivado por los escritores gallegos. Sin embargo, con la publicación en 2006 de “Ojos de agua”, la primera novela de Domingo Villar, cual si una misteriosa campana tocase a rebato, comenzaron a proliferar los relatos policiacos en clave galaica y surge, particularmente, el denominado noir vigués cuyos autores, además de vigueses de cuna o residencia, coinciden en ubicar a su ciudad como escenario y centro neurálgico de sus historias criminales. Y así Vigo, efectivamente, penetra en el género como un marco ambiental de lo más propicio para desarrollar tramas y personajes que las protagonizan, mientras los lectores descubren que no hace falta ir muy lejos para encontrar las cualidades oportunas en las calles, los edificios e incluso los alrededores de la urbe (el Gran Vigo) para situar un crimen sin resolver, un asesinato enigmático, un accidente que no parece un accidente… es decir, que hay material abundante a disposición de quien lo quiera utilizar desde esas páginas literarias con sangre dentro.
Tras “Ojos de agua”, Villar publicó “La playa de los ahogados (2009) y “El último barco” (2019), en las que su personaje protagonista es un comisario llamado Leo Caldas, por supuesto también vigués, que alcanza una fama nunca antes lograda por un criminólogo gallego de ficción. Ha llegado a ser tanta su popularidad que hasta el propio Domingo Villar confesaba que el famoso de las novelas no era él, sino su policía, la criatura que había inventado. Por desgracia, la trayectoria del genial escritor se truncó trágicamente con su fallecimiento el pasado mes de mayo.

‘Pedro Feijoo añade a un eje central de suspense, el terror’

Y mientras las dos primeras obras de Villar gozaban ya del éxito de ventas y lectores no solo en Galicia, sino también en el resto de España e incluso en países latinoamericanos de lengua española, en 2013 un, en aquel entonces, joven músico llamado Pedro Feijoo sorprende a propios y extraños con la publicación de “Los hijos del mar”, volumen con un más que generoso número de páginas, a caballo entre el thriller y la novela histórica. Y es que Pedro Feijoo añade a un eje central de suspense, ciertos elementos que se salen de las claves clásicas del género, como la de situar en primer plano determinados acontecimientos históricos o decantarse, en ocasiones, más por la aventura que por la tensión narrativa, más por lo gris, con toques de humor, que por lo oscuro, pese a lo cual “Los hijos del mar” puede leerse perfectamente como un noir. Porque, cuando Feijoo debuta realmente, y con todas las consecuencias, en el género negro es con “Memoria de la lluvia” en la que, además de un enigma que hay que resolver, introduce un elemento que, si nos atenemos a las raíces de la literatura negra universal (Lovecraft, Ambroce Pierce, Allan Poe…), refuerza el enganche con la trama: el terror. Esta misma fórmula, con variaciones, es la que Feijoo ha venido aplicando en otras novelas siguientes como “Un fuego azul”, “Los hijos del fuego” o “Sin piedad”.

‘Noir vigués, Vigo como escenario de novelas criminales’

El médico Manuel Esteban se presentó al Premio Xerais de Narrativa de 2016 y, probablemente para su propia sorpresa, resultó ganador con “A ira dos mansos”. Padre de dos niños, el mayor de los cuales tiene síndrome de Down, introdujo en la trama los problemas de la integración de personas discapacitadas, toda una originalidad en el género negro que obtuvo el unánime respaldo de crítica y público. Tanto es así que se animó a compatibilizar su profesión médica con la de escritor. A estas alturas ya ha editado dos novelas más: “O meu nome é Ninguén” y “A vinganza dos homes bos”, ambas, como la primera, protagonizadas por su propio investigador criminal, el policía Carlos Manso.

El escritor y médico Manuel Esteban
El escritor y médico Manuel Esteban

Por su parte, Beto Luaces irrumpió en el panorama literario gallego en 2017 con la primera entrega de una serie a la que denominó “Vicus”, que va ya por su tercer libro. Y en todos ellos, Vigo, la ciudad en la que vive y trabaja, adquiere pleno protagonismo. Con su, hasta ahora, trilogía (ha prometido publicar muy pronto un cuarto Vicus), Luaces ha generado todo un universo literario en torno a la ciudad olívica. También médico, al igual que Manuel Esteban, el autor ha reconocido, en más de una entrevista, que, aunque cultiva el noir, “degraciadamente, la vida real es mucho más dura que una novela negra”.

Aunque no podemos considerarla una escritora propia del género, Ledicia Costas también ha hecho su propia incursión en el noir con “Infamia”, y a fe que lo hizo con destreza y conocimiento de causa, porque “Infamia” reúne todas las características que se le exigen a un clásico, incluída la de un detective con carisma que, y esta es una de las novedades, en este caso es una mujer: Emma Cruz, profesora de Derecho Penal.

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En los últimos años no han parado de sumarse a este fenómeno de la novela negra viguesa otros autores y autoras. Entre estas últimas cabe destacar a Alicia Borrás que, en “La voz rota”, relata una trama en la que el protagonista investiga, entre otras, la muerte de un técnico de sonido en un estudio de grabación de Vigo. Y es que la ciudad es tan atrayente que hasta escritores no vigueses de noir la han adoptado, como es el caso del ourensano Daniel Cid, que ambienta “La gabardina azul” en las calles olívicas y en las islas Cíes. O de la marinense Elena Gallego Abad con “Sete caveiras” (“Siete calaveras”) que arranca en el puerto de O Berbés.

Y ya para finalizar, una precisión. Quizás algunos lectores y lectoras hayan echado de menos que, entre los anteriores escritores/as citados, no figure una autora viguesa que, además de cultivar el género negro, resulta que se ha convertido en una auténtica creadora de best sellers de novela negra en toda España. Se trata de María Oruña, pero lo que ocurre es que, hasta este momento, en sus relatos Vigo no ha figurado entre los escenarios de sus historias. No obstante, no dudamos que, más temprano que tarde, María pondrá a su ciudad natal como marco ambiental y protagonista de uno de sus apasionantes relatos de intriga.

‘En los últimos años, no paran de sumarse autores y autoras, a este fenómeno de la novela negra’

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