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Timón 2.0 el nuevo restaurante bohemio y selecto que seduce los paladares de Vigo

Timón 2.0 el nuevo restaurante bohemio y selecto que seduce los paladares de Vigo

En El Timón 2.0 se rinde homenaje a la gastronomía ante las mejores vistas de la ciudad

El Timón 2.0 ocupa la sede El Timón Playa, la emblemática marisquería ubicada en la zona de Samil. El nuevo restaurante se reinventa pero conserva de su antecesor tanto la elegancia como el gusto por el buen comer: “Cuando no se come por necesidad se come por cultura”, explica David del Río, el nuevo propietario del establecimiento.

“Quien viene a mi restaurante no pasa hambre, por lo tanto entiendo que lo hace por razones más hedonistas”. Describe la materia prima con la que trabaja como “comida auténtica, sin adornos”. Las descripciones de su carta se rebelan a la dictadura del marketing que impregna los textos de las cartas: “Los platos son lo que son, no tienen adornos porque no los necesitan: Aquí el influencer soy yo”.

Uno de los restaurantes con mejores vistas de Vigo

Desde el vestíbulo se intuye una panorámica de un Atlántico que regala a los comensales puestas de sol incomparables tras la silueta de las Illas Cíes. Una escultura de Miguel Cruzes recibe a los clientes nada más llegar: “Expresa las angustias de la vida”, cuenta Del Río: “Aquí no nos preocupan la muerte ni la amargura. No se pena, se disfruta la vida, se disfruta el dolor ”.

El ideólogo de El Timón 2.0 ha estado en muchos bares y consumido mucha hostelería. Quería tener su propia máquina de tabaco en su propio local, que sería un local que rindiera homenaje a los paladares finos y a la ebriedad bien entendida: “Esa que da lugar a la tertulia”.

Por eso aunque es un bar idóneo para el verano y la temporada alta, confiesa que le interesa más la baja. Sobre la barra resume su esencia con una cita: “En el camino del exceso está la sabiduría”.

Un restaurante genuino con vistas al mar

David del Río es programador, tiene 60 años y tras una pandemia, una crisis económica y “a las puertas de la tercera guerra mundial” decidió abrir un bar. Nunca usó el despertador, “siempre se ha acostado cuando ha querido y se ha despertado cuando le ha dado la gana”. Es un ávido lector, una afición que se palpa en El Timón 2.0, cuyos tabiques están impregnados de literatura.

El restaurante de Samil no es, sin embargo, un reflejo de su vida aunque reconoce que recoge vivencias de su pasado, de sus amigos y lo que quiere que ocurra en él porque se se trata de un lugar al que “no solo se va a comer sino por diferentes propósitos, y ocurren cosas, inevitablemente”.

La reforma del antiguo Timón Playa es el proyecto profesional más personal que habría emprendido hasta la fecha. No intervino ningún obrero, fueron los amigos del propietario quienes, con sus conocimientos, destreza y empeño, hicieron posible el sueño de David del Río. El trabajo duró menos de 6 meses y ninguno de ellos cobró: “No tengo dinero, tengo amigos y con ellos contraje una deuda que no es económica, esas son las peores, tendré que pagársela en líquido a percibir ”, sentencia.

Obras de arte y piezas únicas que describen la historia de Vigo

A David del Río le salvó la vida su loro una madrugada que pudo ser la última. Los graznidos lo alertaron y consiguió salir a tiempo. Se llamaba Enrique Jardiel Ponciela -“Jardielito para los amigos”-. Vivió con él 18 años, sigue en el congelador de su casa: “Si Walt Disney está congelado, mi loro también”. El Timón 2.0 resucita a Jardielito, cuyo icono esculpió el artista Pedro Sardiña. Reposa sobre la barra como testigo del universo que nace a sus pies.

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También es obra de Pedro Sardiña también la enorme raspa de pescado que se distingue en la cubierta del comedor y representa a la imagen del restaurante. Cuenta la leyenda que el timón que dio nombre al primer restaurante y que todavía reposa en el de David del Río perteneció al emblemático navío Illas Ficas. Junto a él cuelgan unos prismáticos que pertenecieron a un marinero de la Marina Mercante y están a disposición de los clientes para que puedan contemplar el horizonte, teñido de amaneceres o cincelado por los juegos de los arroaces.

El timón separa el comedor de El Rincón del hombre muerto, dedicado a la memoria del padre de Del Río, descansan dos suntuosas butacas y una mesa de centro talladas directamente en el tronco de la última sequoia milenaria que se permitió cortar en Canadá. En la misma estancia está la mesa en la que pasó la primera consulta el primer director de Povisa junto a dos sillones orejeros que pertenecieron a la sala de lectura del antiguo Hotel Internacional de Madrid.

Algunas sillas y mesas son parte del atrezzo de películas reconocidas en las que David del Río colocará una placa que indicará el título del film al que pertenecieron. El propietario cuenta que en los taburetes de la barra, firmados por la marca Rolls Royce, puede estar sentado cualquiera durante horas sin notar ningún tipo de incomodidad. También reposan, majestuosos, dos piezas centenarias. A una de ellas, Del Río le llama “El Baúl de la Piquer”, a la otra “El cofre del hombre muerto”.

En El Timón 2.0 no solo se va a comer y a beber, sino también a vivir en el mejor sentido en el que David del Río entiende el verbo. Siempre tuvo claro que no quería limitarse a abrir un local de hostelería sino crear un espacio donde se escribiera una historia perpetua firmada por las almas que lo transitan

[Entrevista de Raquel F. Novoa]
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